Publicado: 01 de abril 2012 22:59
No es una tarea sencilla para equilibrar las preocupaciones ambientales sobre el cambio climático y los problemas de salud de las emisiones de carbono con la realidad igualmente convincente de que los estadounidenses necesitan electricidad para calentar, enfriar y alumbrar sus hogares.
En un paso importante para poner freno a una fuente clave de hechos por el hombre gases de efecto invernadero, la Agencia de Protección Ambiental dela semana pasada propuso reglas para limitar las emisiones de dióxido de carbono procedente de nuevas instalaciones eléctricas de carbón.
Existentes plantas de carbón, y aquellos en construcción en los próximos 12 meses, estarían exentos de las reglas, porque cumplir con el nuevo decreto supondría una carga económica indebida, y requieren de una tecnología que es sobre todo experimental. Pero si quiere una utilidad para construir una planta eléctrica de carbón en el futuro, la instalación debe cumplir con nuevo nivel de emisiones de la EPA, a menos de 1,000 libras de dióxido de carbono por megavatio-hora de electricidad.
Se trata de un compromiso razonable entre las necesidades energéticas del país inmediatas y urgentes problemas ambientales. Texas produce y consume más electricidad que cualquier otro estado, y su consumo per cápita residencial es significativamente más alta que la media nacional. Por desgracia, este tira y afloja con demasiada frecuencia se presenta como una falsa elección entre un medio ambiente limpio y fiable de energía.
Al exonerar a las instalaciones existentes y en construcción, la acción de la EPA debería disipar las preocupaciones de que las reglas más estrictas que llevan a la escasez de electricidad y apagones. Y mediante el establecimiento de una fecha límite y el nivel de emisiones, la EPA también ha trazado una línea política brillante que debería complacer a los ecologistas: el carbón debe ser más limpio en el futuro cercano o no va a ser utilizado.
Las nuevas normas están en consonancia con un cambio en toda la industria el uso del carbón y hacia fuentes más limpias de energía eléctrica. Utilidades tienen relativamente pocas nuevas plantas de carbón en el tablero de dibujo, y precios del gas natural se encuentran cerca de mínimos de 10 años. La última generación de las plantas a gas de alimentación se espera que sea capaz de cumplir con los niveles de emisiones nuevas, dando a estas plantas una ventaja competitiva sobre las plantas de carbón. Así que, incluso sin nuevos límites de la EPA, el uso del carbón para alimentar las centrales eléctricas fue cayendo en desgracia.
En última instancia, los actuales plantas de carbón deben ser más limpios o retirarán. Texas y otros estados se puede lograr una energía limpia y confiable a través de la reducción de emisiones de las centrales eléctricas de carbón y el desarrollo de energías alternativas y políticas inteligentes de conservación. Los beneficios serían menos problemas de salud de mal aire, incluyendo muertes prematuras, y un suministro confiable de electricidad necesaria para mantener el ritmo de crecimiento de la población del estado y la economía.
Un aire más limpio debe ser el final del juego, que ahorrará a los contribuyentes, los empleadores y del Estado y los gobiernos locales miles de millones de dólares en costos relacionados con la salud y otras dificultades económicas.
Un manual sobre el carbón
Más de 300 plantas de carbón de alimentación funcionan en los EE.UU.
El promedio de carbón central eléctrica emite cerca de 1.800 libras de dióxido de carbono por cada megavatio, muy por encima del nuevo límite de la EPA.
Las centrales liberar más de 2 millones de toneladas de gases de efecto invernadero al año, alrededor de un tercio del total de los EE.UU..
El consumo de carbón por el sector de suministro eléctrico de EE.UU. en el año 2012 se espera que caiga por debajo de 900 millones de toneladas cortas por primera vez desde 1996, ya que la industria aumenta el uso de gas natural para la generación de energía.
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